poner mi granito de arena
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aportar mi granito de arena
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Como estudiante de secundaria en mi ciudad natal, Madera, empecé a participar en mi comunidad. Me ofrecí como voluntaria en varias organizaciones sin ánimo de lucro, sobre todo en aquellas que se ocupaban de las familias inmigrantes y de los trabajadores agrícolas. Tenía un corazón para la gente y descubrí mi pasión por el servicio.
Después de terminar el instituto, empecé a trabajar con la Unión de Campesinos. Fue una experiencia increíble. Todos los días escuchaba un sinfín de historias sobre las injusticias que sufrían los trabajadores agrícolas. Historias como las horas de trabajo no pagadas, la falta de acceso al agua en condiciones de calor extremo. Sus historias resonaban con algunas de mis propias experiencias como trabajador agrícola. Llevé esas historias conmigo cuando comencé mi licenciatura en la Universidad de Fresno Pacific.
Me reté a vivir en el campus para obtener una experiencia universitaria completa. Me recordaba constantemente que iba a la universidad no sólo por mí, sino también por mi familia y por todas aquellas personas trabajadoras que no tenían las mismas oportunidades que yo. Poco después de entrar en la universidad, recibí múltiples oportunidades de trabajo y empecé a trabajar en el campus. Aunque agradecí la oportunidad de trabajar en un entorno de oficina cómodo, las historias de estos trabajadores agrícolas estaban constantemente en mi mente.
Cuando Brenda, una amiga y compañera de clase, me presentó a Every Neighborhood Partnership, me emocioné mucho. Había estado rezando y esperando ansiosamente una oportunidad para devolver a mi ciudad y volver a conectar con mi amor por la comunidad.
Poco después de empezar en la ENP, empecé a reunirme con padres que estaban deseando caminar y aprender con nosotros. Fue una transición fascinante de ayudar a los trabajadores en el campo a relacionarme con los padres en las escuelas. Se ha convertido en una parte fascinante de mi vida diaria. La energía que tienen nuestros padres es inconmensurable; disfruto mucho escuchando sus risas y sus voces cada vez que nos reunimos. Estamos creciendo y aprendiendo mucho juntos.
Lo mejor de la participación de los padres es la oportunidad de establecer relaciones personales con la gente de nuestra comunidad. El trabajo no consiste sólo en presentarse a una reunión y presentar información a los padres. Va más allá. Nos cuidamos unos a otros!
En el poco tiempo que he trabajado para la PEV, he crecido de forma positiva. Ha sido muy gratificante aprender sobre nuestra ciudad, su gente y las muchas culturas. He conocido a fresnenses increíbles que están enamorados de su ciudad. La energía y el positivismo me animan a unirme a ellos para "poner mi granito de arena" y hacer grande nuestra ciudad.
También he aprendido que la PEV es más que los cinco pasos, es una organización con acceso a los barrios y a muchas otras organizaciones de nuestra ciudad.
La PEV se ha convertido en un centro neurálgico de Fresno.
La PEV es comunidad.
La PEV es Fresno.
José Chávez, ENP Compromiso de los padres
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