La red de Pequeñas Bibliotecas Gratuitas de Shafter (15 millas al noroeste de Bakersfield, CA) ha florecido hasta incluir 22 bibliotecas repartidas por la ciudad. Estas bibliotecas son un esfuerzo intencionado por parte de entidades públicas y privadas. Estas entidades quieren aumentar el acceso a los libros y los índices de alfabetización en su comunidad. Lee nuestro anterior blog sobre ellas aquí.

Hace aproximadamente un año, mi familia tomó la decisión de colocar una Pequeña Biblioteca Gratuita en nuestro patio delantero. Como administradores, llenamos nuestra caja de libros y vemos con alegría cómo se van a las manos de nuestros vecinos.

Dejamos tiza en nuestra caja y regularmente encontramos fotos y notas de agradecimiento de los que nos visitan. Estos mensajes siempre nos alegran el día.

Unos meses después de que instaláramos nuestra biblioteca, uno de nuestros vecinos de tercer grado corrió a nuestra casa tras darse cuenta de que se había quedado fuera de la suya. No tenía forma de entrar y estaba muy preocupado.

Como el año escolar está llegando a su fin y el verano se acerca rápidamente, sabemos que eso significa mucho tiempo libre para los niños. Aquí tienes un dato que debes conocer y tres formas de hacer que los niños sigan aprendiendo y creciendo durante los meses de verano.

La PEV ha realizado una importante inversión para abordar la alfabetización en nuestra ciudad. Las tutorías de alfabetización se ha puesto en marcha en varias escuelas, con apoyo de alfabetización individual y en grupo. A medida que avanzamos en esta labor, sabemos que tenemos que abordar la alfabetización desde varios frentes, por lo que estamos entusiasmados con esta nueva iniciativa de alfabetización.

Pequeñas bibliotecas gratuitas.

Uno de los mayores retos para las familias con bajos ingresos en lo que respecta a la alfabetización es la falta de acceso a los libros en el hogar.

El 61% de las familias con bajos ingresos no tienen ningún libro en sus casas para sus hijos. Esto incluye libros para niños y adultos. Lo que sabemos es que la única medida que se correlaciona significativamente con los resultados de lectura es el número de libros en el hogar. Un análisis de un conjunto de datos nacionales de casi 100.000 escolares de Estados Unidos descubrió que el acceso a materiales impresos -y no la pobreza- es la "variable crítica que afecta a la adquisición de la lectura". No se trata sólo de una cuestión doméstica, sino de una cuestión de barrio. Un estudio descubrió que en los barrios de ingresos medios la proporción es de 13 libros por niño; en los barrios de ingresos bajos, la proporción es de un libro por cada 300 niños. (1)